EL HECHO SE CONQUISTA CONTRA LA ILUSIÓN DEL PODER INMEDIATO

La vigilancia epistemológica se impone particularmente en el caso de las ciencias del hombre, en las que la separación entre la opinión común y el discurso científico es más imprecisa que en otros casos.
Aceptando con demasiada facilidad que la preocupación de una reforma política y moral de la sociedad arrastro a los sociólogos del siglo XIX a abandonar a menudo la neutralidad científica, y también que la sociológica del siglo XX pudo renunciar a las ambiciones de la filosofía social sin precaverse empero de las contaminaciones ideológicas de otro orden, con frecuencia se deja de reconocer, a fin de extraer de ello todas las consecuencias, que la familiaridad con el universo social constituye el obstáculo epistemológico por excelencia para el sociólogo, porque produce continuamente concepciones o sistematizaciones ficticias, al mismo tiempo que sus condiciones de credibilidad. El sociólogo no  ha saldado cuentas con la sociología espontánea y debe de imponerse una polémica ininterrumpida con las enseguesadoras evidencias que presentan a bajo precio, las ilusiones del saber inmediato y su riqueza insuperable. Le es igualmente difícil establecer la separación entre la percepción y la ciencia que en el caso del físico se expresa en una acentuada oposición entre el laboratorio y la vida cotidiana como encontrar en su herencia teórica los instrumentos que le permitan rechazar radicalmente el lenguaje común y las nociones comunes.

  • PRE-NOCIONES Y TÉCNICAS DE RUPTURA

Como tienen por función reconciliar a todo precio la conciencia común consigo misma, proponiendo explicaciones aun contradictorias de un mismo hecho, las opiniones primeras sobre los hechos sociales se presentan como una colección falsamente sistematizada de juicios de un uso alternativo. Estas pre-nociones, "representaciones esquemáticas y sumarias" que se "forman por la práctica y para ella" de las funciones sociales que cumple.
La influencia de las nociones comunes está fuerte que todas las técnicas de objetivación deben ser aplicadas para realizar efectivamente una ruptura, más a menudo anunciada que efectuada. Así los resultados de la medición estadística pueden por lo menos, de la misma forma, aun no se ha considerado suficientemente la función de ruptura que Durkeim atribuía a la definición previa del objeto como construcción teórica "provisoria" destinada, ante todo a sustituir las nociones del sentido común por primera noción científica. En efecto, en la medida que el lenguaje común de la sociedad, una crítica lógica y lexicológica del lenguaje común surge como el paso previo más indispensable para la elaboración controlada de las nociones científicas.
Como durante la observación y la experimentación, el sociólogo establece una relación con su objeto que, en tanto relación social nunca es de puro conocimiento, los datos de le presentan como configuraciones vivas, singulares y en una palabra, demasiado humanas, que tienden a imponérsele como estructuras de objetos al demostrar las totalidades concretas y evidentes que se presentan a la intuición, para sustituirlas por el conjunto de criterios abstractos que las definen sociológicamente-profesión, ingresos, nivel de educación, etc. Al proscribir las inducciones espontaneas porque afecto de halo predisponen a extender sobre toda una clase los rasgos sobresalientes de los individuos más "típicos" en apariencia, en resumen, al desgarrar la trama de relaciones que se entreteje continuamente en la experiencia, el análisis estadístico contribuye a hacer posible la construcción de relaciones nuevos, capaces por su carácter insólito, de imponer la búsqueda de relaciones de un  orden superior que den razón de este.
Así, el descubrimiento no se reduce nunca a una simple lectura de lo real, aun del más desconcertante, puesto que supone siempre la ruptura con lo real aun del más desconcertante, y las configuraciones que este propone a la percepción.

En sociología, como en otros campos, "una investigación seria conduce a reunir lo que vulgarmente se separa o a distinguir lo que vulgarmente se confunde".

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